El Colegio Cardenalicio fijó para el próximo 7 de mayo el inicio del cónclave que elegirá al sucesor del Papa Francisco, quien falleció el pasado lunes 21 de abril.
La votación secreta, originalmente prevista para antes, fue retrasada dos días para que los 135 cardenales electores —108 de ellos nombrados por Francisco— tengan más tiempo de conocerse y buscar consenso.
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Una incógnita importante es la participación en el cónclave del cardenal Angelo Becciu, destituido en 2020 por presunta malversación
La decisión podría llegar rápidamente, en un lapso de dos a tres días, según afirmó el cardenal venezolano Baltazar Enrique Porras Cardozo.
Sin embargo, el ambiente interno refleja tensiones entre quienes desean continuar el enfoque pastoral y social de Francisco y los sectores más conservadores que buscan reorientar a la Iglesia hacia posturas tradicionales.
El cardenal británico Vincent Nichols subrayó la necesidad de unidad, minimizando las divisiones, mientras figuras como el italiano Matteo Zuppi y el nigeriano John Onaiyekan captaban la atención mediática sin revelar inclinaciones claras.
Una incógnita importante es la participación del cardenal Angelo Becciu, destituido en 2020 por presunta malversación, aunque ha insistido en su derecho a votar pese a su clasificación oficial como “no elector”.
Entre los posibles candidatos destacan Zuppi, conocido por su cercanía al mensaje de Francisco, y opciones impulsadas por cardenales africanos, más reticentes a las reformas en temas LGBTQ+.
El cónclave reunirá a cardenales de todo el mundo, muchos de los cuales apenas se conocen personalmente, lo que añade incertidumbre al proceso.
Como recordó el cardenal argentino Rossi, la misión de elegir un nuevo Papa es trascendental y se encara con reverencia y, para muchos, con temor.
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