El fallecimiento de Mario Vargas Llosa a los 89 años ha sacudido al mundo literario y político. Reconocido como el último gran exponente del boom latinoamericano, el Nobel de Literatura 2010 murió el día de ayer en Lima, Perú, su tierra natal.
En respuesta, el gobierno peruano decretó duelo nacional para este 14 de abril y ordenó izar las banderas a media asta en todo el país.
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Los mensajes lamentando la muerte de Vargas Llosa llegaron de diversas partes del mundo
Figuras nacionales e internacionales han rendido homenaje al autor de obras emblemáticas como “La ciudad y los perros”, “Conversación en La Catedral” y “La fiesta del Chivo”.
La presidenta de Perú, Dina Boluarte, expresó que “su genio intelectual y su vastísima obra permanecerán como legado imperecedero para las futuras generaciones”.
Desde otras naciones latinoamericanas, las muestras de afecto no se hicieron esperar. El presidente guatemalteco Bernardo Arévalo lo calificó como “maestro de la palabra”, mientras que el expresidente colombiano Álvaro Uribe lo recordó como un “Maestro de Maestros”.
En México, Claudia Sheinbaum, presidenta del país, ofreció condolencias “más allá de las diferencias políticas”, resaltando su grandeza literaria.
El exmandatario Felipe Calderón recordó haberle entregado el Águila Azteca y destacó su defensa de la libertad y la democracia.
Estados Unidos y España también se sumaron al duelo. Christopher Landau, subsecretario de Estado norteamericano, lamentó su pérdida y resaltó su carácter universal.
Por su parte, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, lo describió como un “maestro universal de la palabra” y agradeció su legado como lector.
Mientras tanto, en las calles de Lima, un grupo de jóvenes acudió a su casa en Barranco con sus libros en mano, rindiendo un silencioso homenaje al autor que narró con maestría la complejidad de América Latina.
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