El rancho Izaguirre, en Teuchitlán, Jalisco, se convirtió en un escenario de dolor y frustración para las familias de desaparecidos que acudieron con la esperanza de encontrar respuestas. Sin embargo, al llegar, se encontraron con un sitio vacío, sin rastros de ocupantes ni objetos personales, como si nunca hubiera albergado a nadie. La organización del recorrido se asemejó más a una excursión que a un proceso de investigación serio, lo que indignó a los familiares.
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Cansados de la espera y la falta de agua bajo el sol, los afectados rompieron el cerco de seguridad de la Fiscalía Estatal e ingresaron al lugar. Dentro del rancho, hallaron habitaciones ordenadas, baños limpios y un sendero delimitado por cintas de restricción, lo que reforzó su percepción de que el sitio había sido alterado antes de su llegada.
El recorrido reveló una finca de dos plantas con ventanas rotas y cinta adhesiva en su fachada, un cuarto amplio sin puertas ni ventanas y un área de cocina con electrodomésticos intactos y escasa evidencia de actividad reciente. También encontraron una zona de entrenamiento con llantas y un baño dividido en tres pequeños espacios sin puertas. Al fondo del predio, un cuarto blanco con tejaban y bardas deterioradas completaba el paisaje de abandono.
Pese a la aparente limpieza del lugar, las familias encontraron indicios que las autoridades pasaron por alto, como calcetines y otros objetos. Ante esto, exigieron una nueva revisión en la que colectivos de búsqueda pudieran participar activamente. Una de las madres buscadoras detectó una posible fosa clandestina al golpear el suelo y notar que estaba hueco, lo que aumentó las sospechas de que la investigación oficial había sido insuficiente.
Tras este recorrido lleno de llanto y frustración, las familias se retiraron con el mismo sentimiento de impotencia con el que llegaron. Mientras tanto, la FGR recibió el expediente del caso y evaluará si asume la investigación del rancho, señalado como un presunto centro de adiestramiento del crimen organizado. Las familias, sin embargo, siguen esperando respuestas y justicia.
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